sábado, 8 de marzo de 2014

Atado

Dulces drogas que resucitan,
acarician los huesos y ensucian ojos,
que abren mañanas
y cierran la ventana.

Dulces formas de pensar
buscando cariño y vicio a partes iguales.
Anoche tenía muchas ganas de quererte
pero se me hizo tarde.

Busco línea,
doblo el pulso
y pido aire.

Viejos nudos con nuevas cuerdas.

Desátame.

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Me palpo, nervioso, los ojos y los pies y el dedo gordo
de la mano lo meto en el ojo, y estoy sucio
y mi vida oliendo.
Y sueño que he vivido y que me llamo de algún modo
y que este cuento es cierto

Muere, sólo muere, Panero.